En este apartado, y en los siguientes, vamos a ir conociendo cuáles son las características que poseen las personas con SD en distintos aspectos, como el físico, psicológico, lingüístico, motor...
Cuando nace una persona síndrome de Down, su peso es equiparable al del resto de niños, distinguiéndose en el tono muscular. En este caso, existe una hipotonía que va disminuyendo gradualmente, siempre y cuando la estimulación sea la adecuada.
Además, por muchos prejuicios que tengamos sobre este punto, su proceso mental se desarrolla de la misma manera que el de sus iguales, aunque con una pequeña diferencia: existe un mayor enlentecimiento. Esto conlleva la necesidad de apoyos específicos y personal, aprendizajes más progresivos y adaptados siempre a sus capacidades. Es fundamental trabajar la memoria, el uso del lenguaje interno (regulador de la conducta), razonamiento... Siempre de una manera práctica y sencilla, de menor a mayor dificultad y motivando para que, poco a poco, quiera más.
Uno de los comentarios más comunes que nos encontramos cuando hablamos de un SD, es la siguiente afirmación: "Son personas con una empatía extraordinaria y con una sensibilidad asombrosa". Sus percepciones son más instintivas y pueden recordar, reflexionar y razonar sobre hechos sucedidos, como lo haría cualquier otra persona. Numerosos estudios llevados a cabo han encontrado similitudes en el área afectiva entre niños con SD y niños de desarrollo normal.
Para hacernos una idea de en qué escala de desarrollo se encontrarían estos niños, utilizamos como referencia los estadios de Piaget.
- Los niños trisómicos 21, se situarían en la etapa "sensoriomotora", donde predomina los hechos concretos y visibles, el "aquí y ahora".
- Los que padecen retraso mental moderado, aumentarían un nivel de funcionamiento intelectual hasta llegar al "preoperatorio". Se caracteriza por la apariciones de representaciones mentales, el desarrollo del lenguaje y estructura lingüística, las nocios espaciotemporales y el razonamiento (todavía con rasgos inmaduros).
- El retraso mental leve alcanza coeficientes intelectuales entre 50 y 70. El periodo de las "operaciones concretas" permite manejar estructuras de pensamiento más complejas, como el número, el tiempo, el espacio, las cantidades...
Características físicas
Sin duda, estos niños son fácilmente reconocidos por sus rasgos físicos, ya desde el nacimiento.
La forma de su lengua es redondeada y ancha, más grande que la cavidad bucal. Es lo que se conoce como "macroglosia" y como consecuencia, hace que el niño siempre tenga la boca abierta. La repercusión también afecta a la voz, que es más grave y de origen gutural.
Su nariz, por lo general, es ancha y triangular y de pequeño tamaño. El estrabismo convergente es muy frecuente en este tipo de sujetos.
El pabellón auricular es generalmente pequeño, y en algunas ocasiones se presentan
malformaciones en el conducto auditivo (otitis), deformaciones de cóclea y conductos semicirculares.
Sus extremidades son cortas, sus dedos son reducidos, el meñique es curvo, el pulgar
es pequeño.
Sus manos son planas y blandas y los
pies redondos (casi siempre el primer dedo está separado del resto).
Cuando los niños nacen presentan una piel inmadura y muy delgada. Por ello
tiende a un envejecimiento prematuro, sobre todo la que esta más expuesta a los rayos
solares y desembocar en enfermedades o problemas cutáneos.
Características psicológicas
Son personas muy afectivas, cariñosas y cercanas. Esa empatía hacia los demás la demuestran de manera espontánea y con contacto físico, por lo que podemos decir que son "muy mimosos".Pueden asimilar y responder positivamente, sin ningún problema, pautas de conducta, aunque este punto depende de la educación que reciben. Por ello, son seres muy sociables, con un muy buen sentido del humor. Estos dos aspectos no están condicionados ni siquiera por la limitación de su lenguaje oral, el cual no solo no imposibilita su integración sino que son capaces de adaptarse y formar parte activa de la sociedad.
El niño Down tiene una gran capacidad de adaptación a un régimen de vida normal, y
su coeficiencia social es regular y similar a cualquier niño con todas las capacidades.
No nos debemos olvidar, que son capaces de formar parte de cualquier ámbito social, por lo que si no lo hacen, en muchas ocasiones, es por culpa de nuestra discriminación.
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